Más allá de una definición teórica o de diccionario, el poder adquisitivo se entiende como la capacidad que tiene el dinero (valor) para comprar bienes y servicios. Más allá del costo del material que estén impresos o acuñados, el dinero vale por lo que puede comprar.
Este parámetro se puede utilizar para hacer comparaciones entre países y también dentro de cada economía a través del tiempo.
¿Cómo funciona el poder adquisitivo?
Por ejemplo, si el salario promedio de un trabajador en un país emergente sólo le alcanza para comprar una proporción de la canasta básica (alimentos).
Mientras que los habitantes de un país desarrollado tienen un ingreso promedio suficiente para adquirir esta canasta básica; podemos asegurar que el poder adquisitivo de los habitantes en los países desarrollados es mayor.
De igual modo, si hace 2 décadas un trabajador latinoamericano necesitaba 1 jornada laboral (día) para comprar una pizza familiar y ahora requiere trabajar 2 días para poder degustar está comida; el salario del trabajador ha perdido poder adquisitivo (para comprar pizzas).
Es oportuno recordar, que la inflación (aumento generalizado de los precios en la economía) es una de las principales responsables de la pérdida del poder adquisitivo. Todos los días, nuestro dinero vale menos.
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Pregúntate: hace 20 años con $100 pesos cuáles y cuántos productos podías adquirir con dicho billete, ¿puedes comprar lo mismo hoy en día? La respuesta indudablemente será no.
Otro factor, son las políticas salariales, es decir, la forma en que los gobiernos fijan sus incrementos. Sí cada año, el salario aumenta en la misma proporción que la tasa de inflación, el poder adquisitivo se mantendrá en un nivel similar.
Sin embargo, si las alzas salariales son menores a los aumentos en la inflación, con el mismo dinero cada vez se podrás comprar menos bienes y servicios: tu dinero perderá poder adquisitivo.
Escrito por Adrián de la Cruz