Un sistema de pensiones permite mantener un ingreso (pensión) a los trabajadores cuando llegan a su vejez (jubilación). Según diversos historiadores han documentado que diversos elementos de la seguridad social han estado presente desde tiempos del Imperio Romano (Zambrano Gutiérrez, 2004).
El nacimiento del sistema de pensiones
La seguridad social surge formalmente durante la Revolución Industrial (siglo XVIII), cuando aparecen los primeros grupos de obreros asalariados.
A fines del siglo XIX el canciller alemán Bismarck introdujo el sistema público de pensiones basado en un esquema de financiamiento de reparto: “los trabajadores de hoy pagan los beneficios de los jubilados actuales”
El sistema de reparto utiliza parte de los impuestos que pagan los trabajadores en activos y financia las pensiones de los trabajadores jubilados. Este sistema de pensiones es el más utilizado en el mundo.
No obstante, los cambios demográficos en las últimas décadas han afectado la sostenibilidad financiera del sistema de reparto, debido principalmente a:
- Disminuciones en la tasa de natalidad (menos nacimientos por mujer)
- Avances de la medicina (incrementando la esperanza de vida)
En un principio, el sistema de reparto es atractivo y aparentemente ventajoso: todos aportan y nadie se jubila, los ingresos son altos y los pagos bajos (José Piñera, 1991).
Al paso del tiempo, los factores demográficos (baja natalidad y aumento de la esperanza de vida) obligan al sistema de reparto a financiar las pensiones de una creciente cantidad de trabajadores jubilados; utilizando los impuestos de los trabajadores activos que no crecen en la misma velocidad.
Al comienzo este desequilibrio puede ser manejable. Sin embargo, con el transcurso del tiempo se vuelve insostenible y el sistema de reparto tenderá a “estrangularse a sí mismo” y a las finanzas públicas del país[1]
Por tal motivo, algunas naciones buscaron sistemas alternativos de pensiones, para no comprometer sus finanzas públicas en el largo plazo.
El nuevo sistema de pensiones
En América Latina, Chile fue el primer país que en 1924 adoptó el sistema reparto para el pago de pensiones. Más tarde, en la década de los 80´s fue reformado bajo la administración del ministro de trabajo, José Piñera. El nuevo sistema de pensiones fue denominado como de «contribución definida» o «capitalización», entre sus principales características sobresalen:
- La creación de cuentas individuales de ahorro para los trabajadores.
- Las contribuciones a las cuentas de ahorro son obligatorias para los trabajadores (formales).
- Las cuentas de ahorro son administradas por instituciones privadas, que realizan inversiones (a nombre del trabajador) para incrementar su valor.
- Al jubilarse, el trabajador dispondrá de su ahorro de forma periódica (pensión mensual) con base en su esperanza de vida.
Este nuevo sistema de pensiones de contribución definida disminuye a diferencia del sistema de reparto la carga financiera del gobierno por el pago de pensiones. Sin embargo, no se encuentra libre de dificultades o desventajas:
a) Se crea una doble carga para los trabajadores en activo, ya que además de pagar los impuestos al ingreso, deben aportar obligatoriamente una parte de su salario para su pensión futura.
b) En Chile ya se han jubilado trabajadores bajo esta nueva modalidad, sin embargo las pensiones que están recibiendo son inferiores que las que obtendrían con el sistema de reparto.
Estas desventajas se han traducido en fuertes manifestaciones en el país sudamericano (Chile). Las cuales exigen el retorno al sistema de reparto y que el gobierno responda por las bajas pensiones que se pagan actualmente.
¿Hacia dónde se dirigen los sistemas de pensiones?
Ambos sistemas de pensiones tienen ventajas y desventajas, las cuales se potencializan dependiendo de la estructura socioeconómicas de cada país.
Algunas soluciones planteadas a nivel internacional sugieren aumentar el monto de la contribución salarial del trabajador para su pensión. Pero es sumamente complicado en países con ingresos bajos, donde el salario apenas y alcanza para satisfacer las necesidades básicas.
Por otro lado, se sugiere incrementar la edad de jubilación de los trabajadores, para que coticen más tiempo y su ahorro sea mayor.
Aunque existe cierto consenso a nivel internacional de esta medida, políticamente tiene un costo que no todos los gobiernos desean pagar.
En conclusión, es probable que en los siguientes años se puedan observar la implementación de sistemas de pensiones mixto. Es decir, una pensión gubernamental universal para todos, que sea complementaria al ahorro para el retiro que acumulen los trabajadores.
Escrito por Adrián de la Cruz
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Referencias
[1] A finales de los setentas en Chile el gasto en pensiones representaba más de la mitad del gasto en seguridad social, porque su déficit crecía exponencialmente. José Piñera, 1991.
Piñera, José (1991) “El cascabel al gato”; La batalla por la reforma. Pág. 1-52.
Zambrano (2004) Reforma de las pensiones de vejez en Venezuela en el marco de las reformas estructurales en América Latina. antecedentes, crisis y perspectivas. Inaugural-Dissertation zur Erlangung des Doktorgrades am Fachbereich Politik- und Sozialwissenschaften der Freien Universität Berlin. Berlin, 19. Juli 2004.