En la actualidad las tarjetas de crédito son utilizadas por la mayoría de las personas que tienen una cuenta bancaria. No obstante, existe cierta desinformación sobre como deben ser utilizadas; algunas personas creen que se trata de un crédito, mientras otras tienen la falsa idea que se trata de una extensión de su cuenta bancaria (débito).
En resumen, una tarjeta de crédito es un monto fijo o línea de crédito que el banco pone a disposición de sus clientes para su libre utilización. Dicho monto funciona como un fondo revolvente, por ejemplo,
es permanente, es decir, siempre esta disponible (en la tarjeta de crédito), pero la cantidad que se utilice debe reintegrarse al banco al final del mes (fecha de pago).
Caso contrario, el banco cobrará una tasa de interés y hasta una penalización por impago y cobranza. Esta linea de crédito es un fondo revolvente el cual no es necesario renovar, sino que en automático vuelve a estar disponible una vez que se reintegra el dinero al banco.
El principal uso que se debe hacer a una tarjeta de crédito es para «suavizar el consumo». Ya que permite diferir los pagos de una compra entre 15 días o más de un mes (más con los meses sin intereses). Pero debes reintegrar la cantidad utilizada antes de la fecha de pago.
No es una extensión de tu ingreso, porque si no tienes fondos para reintegrar la cantidad utilizada, el banco te cobrará una tasa de interés (en TIIE) superior a la de un crédito de nómina (por ejemplo). Cabe señalar que abonar el mínimo o menos que el total, también ocasionará el cobro de un interés, aunque en menor medida que el impago.
Escrito por Adrián de la Cruz