Inteligencia Financiera

Trump: ¿Qué quiere, busca o pretende?

El nuevo mandatario de la Casa Blanca parece más un personaje (de reality show) que un político. No obstante, carecer de experiencia en cargos públicos fue un factor clave para su triunfo. Donald Trump como candidato criticó y cuestionó fuertemente el establishment vigente en las últimas décadas en los Estados Unidos (modelo económico).

Para su eslogan de campaña, utilizó la frase “Make America Great Again”; impulsando un fuerte espíritu nacionalista similar al observado meses antes en el triunfo del Brexit. Uno de los principales argumentos del candidato republicano fue la recuperación o traída de vuelta de empleos y producción del sector manufacturero; los cuales se habían perdido supuestamente por países emergentes como México en complicidad con empresas estadounidenses. Todo bajo el cobijo de Tratados de Libre Comercio con los Estados Unidos.

No se ha cumplido ni un mes de su mandato y ya ha firmado diversas órdenes ejecutivas de gran polémica; asimismo ha hecho declaraciones aún más controversiales. Para nuestro país, las más apremiantes fueron: la orden de construir inmediatamente un muro en la frontera sur (el cual ya existe parcialmente), así como su intención de renegociar el TLCAN e imponer un arancel del 20% a las importaciones mexicanas.

El cumplimiento de cualquiera de las propuestas anteriores, tendría un fuerte impacto negativo sobre la economía mexicana. No obstante la pregunta que muchos nos hacemos hoy es: ¿Qué realmente quiere, busca o pretende Donald Trump?, es imposible que se pelee con todos los países del mundo, y cerrar sus fronteras tendría repercusiones igualmente negativas para sus conciudadanos y la economía estadounidense. Con el objetivo de vislumbrar las verdaderas intenciones o intereses del actual mandatario de los Estados Unidos; se revisan algunas declaraciones y datos duros que aportaran elementos para resolver el actual enigma trumpiano.

Pérdida de empleos en los Estados Unidos

Donald Trump ganó la presidencia de los Estados Unidos sin el apoyo mayoritario del electorado estadounidense. En realidad obtuvo 3 millones de votos menos que la candidata demócrata. Pero la legislación electoral en el vecino país, hizo que con múltiples triunfos en estados claves, fuese elegido como el 45° de los Estados Unidos.

La promesa de recuperación de empleos y producción manufacturera le brindó los votos suficientes para ganar diversos estados claves, sobretodo en el centro del país. De este modo, durante su campaña estuvo amedrentando a compañías automotrices tales como Ford; de ser sancionadas por producir en otros países (como México). En sus discursos culpó al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) de beneficiar a México solamente; en detrimento o pérdida de empleos en los Estados Unidos, así como impulsar un gran déficit comercial con nuestro país (más importaciones que exportaciones).

No obstante, la realidad es otra muy diferente. Los Estados Unidos es una auténtica economía del conocimiento, en la cual la tecnología e informática son los pilares de su productividad. De acuerdo con un estudio realizado por el Ball State University’s Center for Business and Economic Research la principal causa de la pérdida de los empleos manufactureros en los Estados Unidos es debido a la “automatización”. Es decir, la utilización de robots en las líneas de producción, lo cual explica el 87% de los puestos laborales perdidos. Por otro lado, sólo el 13% de la disminución de empleos en el sector manufacturero es debido a los acuerdos comerciales vigentes de los Estados Unidos con otros países; entre ellos el TLCAN con México.

Déficit comercial con México, ¿suficiente para abandonar el TLCAN?

Otro de los temas centrales en los discursos de Donald Trump durante su campaña y también en sus primeros días como mandatario; es la eliminación del enorme déficit comercial de los Estados Unidos. Incluso ha señalado a México directamente como el único beneficiado (responsable) por el TLCAN.

El mandatario estadounidense está buscando la forma de disminuir su déficit comercial, y uno de sus asesores al parecer encontró una (mala) respuesta, que en términos coloquiales sería como: “matar 2 pájaros con un solo tiro”. Es decir, imponer un arancel de 20% a las importaciones mexicanas, lo anterior; reduciría hipotéticamente el déficit comercial con México y con dichos recursos se podría pagar el muro fronterizo, estiman recaudar alrededor de 10 mil millones de dólares.

Sin embargo, el enorme déficit comercial de los Estados Unidos no es provocado exclusivamente por las exportaciones mexicanas. En realidad, el déficit comercial con nuestro país es el cuarto más grande de la Unión Americana con alguna nación. En este sentido, China sería el gran causante, ya que genera un déficit comercial casi 6 veces mayor al de México con los Estados Unidos.

Actualmente, el déficit comercial de la Unión Americana con China es de aproximadamente de 319,282 millones de dólares. Japón tiene una balanza comercial superavitaria con ellos de 62,409 millones de pesos. Mientras que Alemania tiene un saldo a favor de 59,556 millones de dólares. En cuarta posición se encuentra México que experimenta un superávit de 58,799 millones de dólares (cifras a noviembre de 2016). Incluso a nivel regional el déficit comercial con la Unión Europea (134,113 mdd) es mayor que con los socios del TLCAN (67,935).

La estrategia oculta de Trump: su reforma fiscal

El nuevo mandatario llegó a la Casa Blanca con un nuevo lema, que al parecer suena más a una advertencia: “America first”. Desde entonces, se ha confrontado con múltiples países del orbe. Tal parece que su lógica o política diplomática radica en la negociación, la cual ha sido objeto de análisis en diversos foros: se afirma que Donald Trump busca la intimidación como apertura en una negociación. En la cual si el interlocutor se muestra “débil”; lo aprovecha para imponer sus condiciones, en caso contrario emprende una negociación de igual a igual.

De este modo, diversos analistas señalan que la intención u objetivo real del nuevo presidente estadounidense es ir moldeando su reforma fiscal; la cual, se menciona sería muy agresiva. Trump está planeando reducir el Impuesto Sobre la Renta que pagan las personas físicas y las empresas en los Estados Unidos, pasando de un 35% a un 15% aproximadamente. Lo anterior, incentivaría a que las empresas reinviertan y regresen a producir en los Estados Unidos; tendría efecto sobre el crecimiento económico y la creación de empleos (limitados por los efectos de la automatización).

Aunque en apariencia parece una política muy atractiva y popular entre sus votantes, también significaría una fuerte reducción de ingresos públicos y aumento de precios; la cual impulsaría un desbalance en las finanzas públicas. Por tal motivo, tendría que realizar fuertes recortes al gasto público, de lo cual ya ha dado muestras: reduciendo el presupuesto a programas del presidente anterior (Obamacare), así como a las ciudades santuario (que protegen a los inmigrantes) y las reducciones a ayudas internacionales.

Asimismo, un arancel a las exportaciones mexicanas y a otras partes del mundo podría subsanar una parte de la reducción de ingresos públicos; por la fuerte disminución de impuestos. Sin embargo, dicha estrategia puede resultar muy arriesgada para la economía estadounidense, así lo ha señalado el premio nobel de economía Joseph Stiglitz:

No funcionará, no lo creo. Lo que no entiende es que la magnitud del déficit comercial depende de la macroeconomía. Sus propuestas de impuestos aumentarán el déficit fiscal.

No van a crear más empleos. Tomemos el ejemplo del sector automovilístico. Trump asegura que creará empleos en el sector tasando las importaciones de automóviles o piezas sueltas procedentes de México. Pero parece que no comprende que sin esas piezas importadas a bajo costo, los vehículos fabricados en Estados Unidos costarán más caros.

Trump y México

En el corto plazo un arancel de 20% a las exportaciones mexicanas es técnicamente imposible, debido al tratado vigente del TLCAN. Para su implementación, los Estados Unidos deberían abandonar el TLCAN, proceso que de darse duraría aproximadamente 6 meses. En tal caso, los aranceles que se fijarían corresponderían a los vigentes por la Organización Mundial del Comercio (OMC), de la cual ambos son miembros y que se ubican entre 1% y 3%.

En tal escenario, para que un arancel del 20% sea permanente, los Estados Unidos deberían abandonar la OMC; lo cual luce complicado. De cualquier modo, las exportaciones mexicanas no se colapsarían hacia los Estados Unidos (aunque sí disminuirían), debido a que el peso mexicano se ha vuelto más barato (se ha depreciado más del 15% en el último año); limitando el encarecimiento de los productos nacionales por el supuesto arancel. Asimismo, muchos productos mexicanos son poco sustituibles, como el tequila, aguacate, autopartes, entre otros.

No obstante, nuestro país no debe tomar a la ligera las promesas de Trump. Es urgente y estratégico comenzar a diversificar las exportaciones mexicanas y beneficiarse de los más de cuarenta tratados de libre comercio con otros países y regiones del mundo. Asimismo, el gobierno tendrá que revisar los estímulos fiscales, para que nuestro país no pierda el atractivo para grandes inversiones. Ya lo dijo el premio nobel de economía antes citado:

México debe responder con el reconocimiento de que algunas de las amenazas de Trump son genuinas. Deben tomar las amenazas seriamente y no pretender que se van a ir.

 Escrito por Adrián de la Cruz

Este análisis es una aportación para Sustava.mx, también puede ser consultado en el siguiente enlace aquí.

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